La familia es fundamental para adquirir buenos hábitos de salud. Como todos sabemos la familia es la unidad social básica y tiene un papel fundamental en la salud y la enfermedad de sus miembros. Es la unidad primaria en la cual se forman las necesidades de salud, y donde también se resuelven aproximadamente el 75% de las necesidades de salud.
Factores sumamente importantes para el desarrollo de los niños son el amor, el sentimiento de seguridad y la relación armoniosa entre los padres, independiente de si están juntos o no. Y cuando los niños y adolescentes crecen en un ambiente donde se cubren estas necesidades es mucho más fácil poder influirles para mantenerlos lo más sano posibles a nivel físico y emocional.
La armonía en la familia depende de la personalidad y motivaciones de sus miembros. En la niñez se determina la personalidad futura de los adultos, es el periodo en el cual se forman parcialmente los hábitos y actitudes. En las relaciones familiares armoniosas los padres juegan el papel modelo para los niños, por lo que dentro de la familia es el sitio donde se pueden generar hábitos, costumbres, metas y en general una ideología saludables.
Cuando hablamos de salud no solo es referente a la salud física, sino también emocional y dentro de la familia también se pueden generar actitudes emocionalmente saludables, se debe tomar en cuenta que la comunicación verbal y no verbal es la que enriquece la relación entre las personas y establece lazos que permiten mostrar actitudes saludables como son la compasión y el deseo de cuidar a los demás por acuerdo mutuo y de esta manera perpetuar la generación de actitudes saludables.
El cuidado de la salud no solo es responsabilidad de los servicios de salud, sino también de cada uno de los individuos que conformamos nuestra familia y la sociedad, sin embargo, son los servicios de salud los que promueven y educan sobre buenos hábitos de salud tanto de manera individual como familiar. Dentro de los hábitos que se aconsejan de manera general es el evitar fumar, consumo moderado de alcohol, evitar el abuso de narcóticos, promover la actividad física y la nutrición saludable entre otros, sin embargo es el autoconvencimiento y convencimiento de la familia lo que permite que estos consejos y conocimientos ejerzan efecto sobre la salud de nuestras familias, lo que a su vez depende de la motivación y tendencia familiar al autocuidado y cuidado de los demás.
La actividad física en los niños es fundamental para reducir el índice de obesidad, la cual ha ido en aumento, y se ha llegado a reportar que solo el 33% de los adolescentes realizan al menos 60 min de actividad física por día, que es el tiempo recomendado para esa edad. Ante esto han surgido varias estrategias centradas en la familia para implementar un programa de ejercicios, observándose que la efectividad es mayor cuando se involucra a la familia. Las guías de recomendaciones para motivar a los niños y adolescentes a realizar ejercicio tienden a incluir la participación de los padres o cuidadores para lograr los objetivos, por supuesto teniendo en consideración que el tipo de ejercicio debería ser divertido y del agrado de la familia, alternando actividad de resistencia y fuerza, y cuya intensidad también debería ser variable de moderada a intensa.
Como podemos observar, la familia es fundamental, tanto para promover como para adquirir hábitos de vida saludables.