Dentro de este grupo entran las nueces, pistaches, cacahuates, piñones, almendras, semillas de girasol, semillas de calabaza, avellanas y anacardos. Las semillas y frutos secos han formado parte de la dieta humana desde la prehistoria y siguen formando parte de la gastronomía alrededor del mundo. Se trata de alimentos que son ricos en nutrientes por lo que tienen gran beneficio para la salud.
Lo conveniente de estos alimentos es que se pueden consumir adicionados a los cereales, cocinados, en deeps, aderezos e incluso como botanas saludables.
Se recomienda su consumo para reducir el riesgo cardiometabólico, es decir, reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiacas o metabólicas como diabetes o dislipidemias (hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia). Beneficia también en personas con sobrepeso u obesidad ya que reduce el depósito de grasa visceral. Su consumo se relaciona con una baja incidencia de enfermedades coronarias y formación de piedras en vesícula biliar. También se ha estudiado el efecto protector contra cáncer, enfermedades inflamatorias crónicas y enfermedades neurodegenerativas, principalmente demencia. Sus cualidades terapéuticas se atribuyen a sus efectos antioxidante y antiinflamatorio.
Las nueces, aunque son altas en calorías, son ricas en ácidos grasos insaturados, proteínas vegetales de alta calidad, fibra, minerales, tocoferoles, fitoesteroles y compuestos fenólicos.
Se recomienda consumir de 30 a 50 gr de frutos secos por día, que de acuerdo con estudios realizados es la cantidad que beneficia a la salud.
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